– ¡Qué absurdo y torpe país es nuestra Rusia!
La sombra de una profunda tristeza cubrió sus divinos ojos, los finos trazos de sus arrugas los rodearon hundiendo su mirada. Miró a su alrededor y riéndose de sí mismo dijo:
–¿Ve?, le he soltado todo un editorial de un periódico liberal. Vamos, le voy a dar un té por su paciencia...
Esto le sucedía a menudo: estaba hablando en tono cálido, serio, sincero y de improviso se paraba para reírse de sí mismo y de su discurso. Y en esta sonrisa suave y triste se apreciaba el sutil escepticismo del hombre que conoce el precio de las palabras, el precio de los sueños. En esa sonrisa se trasparentaba, ademas, una hermosa modestia, una sensible delicadeza...
Lamentablemente y en silencio marchamos hacia la casa. Era un día claro, caluroso; sobre las olas jugaban los rayos brillantes del sol; montaña abajo ladraba mansamente un perro; sus ladridos parecían de satisfacción. Chéjov me tomó del brazo y, tosiendo, me dijo lentamente:
– Es vergonzoso y triste, pero cierto: hay mucha gente que tiene envidia de los perros...”
(Fragmento de Prologo de Maximo Gorki. Chéjov)
Antón Pávlovich Chéjov Nace el 29 de enero de 1860 en Taganrog, Rusia. Comienza a escribir relatos breves con la intención de ayudar a su familia económicamente, para luego transformarse en uno de los más grandes exponentes de la literatura rusa.
Si bien sus estudios de medicina fueron prioridad durante gran parte de su adolescencia, sus textos bajo el seudónimo de Antosha Chejonté comienzan a tomar gran importancia y con su característico sentido humorístico comienza a caricaturizar la vida común de la Rusia del siglo XIX.
Concluye sus estudios de medicina en la Universidad Estatal de Moscú, pero se mantiene ligado al mundo de las letras y se dedica a publicar en “Peterbúrgskaya gazeta” y para el periódico “Nóvote vremia” con lo que logra hacerse más fama de escritor que de médico.
Es en el año 1886 que publica su primer libro llamado “ Cuentos de Melponeme” con el que gana el premio Punshkin, pero su éxito se ve abruptamente interrumpido y deja de escribir obras de teatro cuando el publico recibe de mala forma su obra teatral La gaviota cuando la presenta en San Petersburgo, sin embargo es ovacionada cuando la presentan dos años después con la Compañía del Arte de Teatro de Moscú de Konstantín Stanislavski, con quien también presento, Tío Vania, Las tres hermanas y El jardín de los cerezos
Su originalidad consiste en el uso de la técnica del monólogo, adoptada más tarde por James Joyce y otros escritores del modernismo anglosajón, además del rechazo de la finalidad moral presente en la estructura de las obras tradicionales. No le preocupaban las dificultades que esto planteaba al lector, porque consideraba que el papel del artista es realizar preguntas, no responderlas.
Chéjov cumple con transportarnos a lo irónico de lo común, la sencillez. Es desde este espacio donde se plantea su trabajo, desde donde lo humano cumple el rol fundamental.
Las temáticas recurrentes que Antón Chejov presenta en sus obras, marcan el sentido de crítica que el quiere darle a las obras, basándose en la condición sociopolítica en la que se ve sumergida Rusia durante el periodo Zarista, la migración campo ciudad, las bajas condiciones de calidad de vida en la que se ven sumergidos los obreros y la revolución tecnológica que se vive a finales de siglo, se entremezclan con tópicos característicos como son la traición, la soledad, la monotonía y conflictos culturales.
“Poseía el arte de descubrir y resaltar la vulgaridad, un arte que sólo alcanza la persona de elevadas exigencias en la vida y que se crea sólo con el ardiente deseo de ver que la gente sea sencilla, hermosa, armónica. La vulgaridad siempre encontró en él a un juez severo y agudo.
[...]
Ya en sus primeros cuentos, Antón Chéjov sabía descubrir en el opaco mar de la mediocridad sus bromas trágicas y tenebrosas; basta con leer sus cuentos “humorísticos” para convencerse de que tras las palabras y situaciones cómicas cuántas cosas repugnantes y crueles veía el autor y cuántas escondía por vergüenza.
Era de una modestia especial y pudorosa, no se permitía decir clara y abiertamente a la gente: “¡Pero no sea así...!” esperando en vano que aquellos mismos se dieran cuenta de la imperiosa necesidad de ser mejores”
(Fragmento de Prologo de Maximo Gorki. Chéjov)
Con estas palabras quisiéramos invitarlos a participar de este blog, el cual está enfocado en sus cuatro obras más importantes. Cada una de estas obras cuenta con un análisis sobre el cual se podrá opinar y debatir. Los análisis expuestos en el blog fueron construidos por el equipo de administración y construcción del blog, el cual acredita y responsabiliza de estos...
Referencias.
- Chéjov, Anton. Teatro. Mexico: Editorial Porrúa, 2007.
- Wikipedia.